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Entrevista a Benjamín Recacha

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Benjamín Recacha García es periodista, pero en enero de 2012 decide iniciar un nuevo camino en el mundo de la literatura. Ha escrito tres novelas: El viaje de Pau (2013), Con la vida a cuestas (2015) y Memorias de Lázaro Hunter: los caminos del genio(2016). es coautor, junto a Toni Cifuentes, de Cartas a un escritor. ¿Cómo se escribe un best-seller? (2015) y ha publicado la novela corta La cooperante(2016).

Recientemente ha publicado Escapando del recuerdo, bajo el sello editorial Salto al reverso.

Agradecerle esta magnífica entrevista y darle muchos ánimos en los nuevos proyectos que nos expone al final.

Mucha suerte!

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Al escribir, ¿papel u ordenador?

Soy un romántico, prefiero el papel, aunque el ordenador es imprescindible y, de hecho, a menudo escribo directamente en él.

¿Todo planificado, estructurado, pensado o dejando libertad a la improvisación?

Cada vez procuro planificar más las historias, pero no creo que llegue a ser nunca un escritor de los que lo tienen todo claro antes de ponerse a escribir. Por ejemplo, soy incapaz de crear fichas detalladas de los personajes y de llenar una pizarra con el esquema de la novela. Ahora bien, demasiada improvisación puede ser peligrosa y acabar diluyendo una buena historia, así que trato de tener claro en mi mente qué voy a escribir antes de hacerlo.

¿Un lugar concreto para escribir o cualquier sitio es bueno?

Si voy a escribir directamente en el ordenador, lo hago en el escritorio, pero hay lugares más productivos, como la biblioteca, e inspiradores, rodeado de naturaleza.

¿Con música o en silencio?

Si escribo en casa, lo hago casi siempre con música. Y cada historia tiene su propia banda sonora. Por ejemplo, para la novela policíaca en que estoy inmerso necesito escuchar post-rock instrumental y rock progresivo. He descubierto bandas muy inspiradoras, como Anathema, Leech, If These Trees Could Talk, God Is An Astronaut, Log Distance Calling… La música me ayuda a crear la atmósfera necesaria.

¿En cualquier momento o a una hora determinada del día?

Escribo por la mañana y por la noche. Por la mañana estoy más despejado y suelo ser más productivo.

¿Qué aparece primero en la inspiración: la historia o los personajes?

Depende. Disfruto creando personajes, y algunos proyectos los he desarrollado a partir de uno o varios personajes potentes, como Con la vida a cuestas y Escapando del recuerdo; pero también he escrito novelas que han nacido de la necesidad de explicar una historia, como El viaje de Pau y la que estoy escribiendo ahora. Memorias de Lázaro Hunter nace de una mezcla de ambos ingredientes, aunque, al final, desde mi punto de vista, una novela no puede funcionar sólo por sus personajes ni porque explique una historia interesante. Te puedes imaginar al mejor personaje literario de la historia, pero vas a tener que meterlo en algún sitio, rodearlo de otros personajes, y va a tener que hacer cosas que atrapen al lector.

Qué presenta más complicaciones, ¿Primera o tercera persona como narrador?

Después de escribir mi primera novela en primera persona y en presente, ya todo me parece fácil, jajaja. La primera persona creo que requiere más habilidad por parte del autor, pero, si el trabajo es bueno, también es más agradecida para el lector. El caso es que después de El viaje de Pau, en el resto de mis novelas he optado por el narrador en tercera persona, pero seguro que volveré a probar con otro tipo de narrador.

Para describir correctamente una época o un lugar es necesaria una fase de documentación. ¿Cómo la valoras?

Imprescindible si pretendes dotar de verosimilitud a la historia. Te tiene que atraer mucho una época determinada o un lugar concreto para dedicarles una novela. En ese caso, la fase de documentación se disfruta tanto como la de escritura (hay autores que dicen que más). A mí me pasó con El viaje de Pau y con Memorias de Lázaro Hunter. Recuerdo que lo pasé en grande documentándome sobre el Far West americano, las diferentes naciones indias, las obras del ferrocarril, las congregaciones religiosas, etc. Acabas teniendo la sensación de que lo has vivido.

¿Alguna manía, superstición, fetiche al escribir?

Pulsar diecisiete veces la tecla de la primera letra con que empieza cada párrafo… Qué va, es broma. La verdad es que no soy consciente de tener ninguna manía.

Hay actores que dicen que nunca se ven las películas que hacen. En tu caso, una vez publicada la novela, ¿la lees como un lector más?

Las he leído montones de veces al corregirlas, pero también como lector, pasado un tiempo desde su publicación (la última aún no), y, la verdad, queda pretencioso que yo lo diga, pero las he disfrutado.

¿Cambiarías algo de tus libros ya publicados? ¿Algún detalle, alguna frase, algún personaje?

Si las miro con ojo crítico, obviamente, sí, cambiaría cosas. Sobre todo de la primera, El viaje de Pau. Literariamente es la menos «profesional», peca de muchos de los errores típicos del autor novel, y, sin embargo, me parece un trabajo sincero y honesto, del que me siento muy orgulloso, porque transmite pasión. En su imperfección es perfecta. De las obras posteriores sólo cambiaría algún detalle, pues en su momento superaron concienzudos procesos de corrección y edición. No soy de esos autores que se arrepienten o avergüenzan de sus primeras obras. Yo, hasta ahora, he escrito lo que he querido, lo que he sentido que tocaba en cada momento, y de la forma que consideraba que era la más adecuada para lo que pretendía transmitir.

Para leer, ¿libro en papel o electrónico?

En papel, sin duda. El libro electrónico es cómodo y funcional, pero no es comparable a la sensación de pasar páginas con los dedos y de devorarlas con los ojos.

¿Proyectos?

Estoy encarando la parte final de una novela policíaca a la que todavía no he puesto título, cuyo protagonista es el inspector García, uno de los personajes secundarios de Con la vida a cuestas, mi segunda obra. Llevo unos dos años y medio con ella, aunque la dejé en pausa durante un año largo. Ahora la tengo ya muy encarada, así que espero ponerle el punto final en un par de meses. Luego tocará un arduo trabajo de edición.

El proyecto que la seguirá es la segunda parte de Memorias de Lázaro Hunter, el alocado western que mi hermano Fran, un pintor e ilustrador extraordinario, está adaptando a la versión gráfica.

Un libro para llevar a una isla desierta

La princesa prometida, de William Goldman. Te podría mencionar muchos más, pero si sólo puedo elegir uno, me quedo con esta historia maravillosa, repleta de amor, humor y aventuras.

Muchas gracias!

 

2 comentarios en “Entrevista a Benjamín Recacha”

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